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20. El estilo


Roberto J. Payró

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El casamiento de Laucha: el estilo de la obra

1. El estilo: humor, oralidad y ternura crítica

El estilo de El casamiento de Laucha es uno de los grandes logros de Roberto J. Payró.
La historia no solo se cuenta: se respira, como si estuviéramos sentados en una pulpería, escuchando a un conocido relatar sus aventuras entre mates y copas.

Narración en primera persona:
Laucha narra su vida usando una voz cercana, popular, llena de expresiones orales, repeticiones, comentarios al lector.
Esta técnica genera una sensación de intimidad inmediata: sentimos que Laucha no nos miente —aunque mienta en la historia— porque nos habla de igual a igual.
El tono es confesional, espontáneo, como si el narrador no pudiera ocultar su naturaleza aunque quisiera.

Uso del lenguaje popular:
Payró reproduce con maestría el modo de hablar del interior argentino:

  • Emplea modismos rurales ("coven" por "joven", "trabaco" por "trabajo"),

  • Intercala refranes,

  • Introduce frases en español criollo deformado,

  • Añade frases sueltas en italiano (por Doña Carolina) y en napolitano deformado (por el cura Papagna).

Esta elección no solo aporta color local: refuerza el sentido de autenticidad.
Los personajes viven en un mundo donde el lenguaje mismo es mezcla, adaptación, invención: igual que sus vidas.

Humor constante:
El humor atraviesa todo el relato, incluso en los momentos más amargos.
Pero no es un humor de burla cruel: es un humor compasivo, que muestra las flaquezas humanas con una sonrisa triste.
La risa que provoca la historia muchas veces encierra también una melancolía: sabemos que Laucha no triunfa realmente, y que su picardía no alcanza para cambiar su destino.

Ligereza aparente, profundidad real:
Aunque el relato fluye ágil, lleno de anécdotas, juegos de palabras y situaciones pintorescas, debajo se esconde una crítica profunda:

  • A la precariedad de las clases populares,

  • A la corrupción de las instituciones,

  • A la fragilidad de los sueños en una sociedad desigual.

El estilo de Payró logra que el lector se entretenga, se encariñe con los personajes y, al mismo tiempo, intuya que está asistiendo a una representación trágica de la vida.

En síntesis:
El estilo de El casamiento de Laucha combina oralidad, humor popular, realismo costumbrista y una ternura amarga que hacen que la obra, más de un siglo después, siga viva en cada lectura.


2. El destino final de Laucha

Tras la huida de la pulpería, Laucha retoma su vida de vagabundo.
Ya no tiene dinero, ni pareja, ni proyecto: vuelve a ser el mismo errante pobre que conocimos al principio, sólo que ahora un poco más golpeado, más desilusionado.

No hay en la historia una "moralina" explícita: no es que el relato quiera castigar a Laucha por su picardía.
Simplemente muestra que ciertos modos de vida —la astucia sin raíces, la viveza sin proyecto— terminan en un callejón sin salida.

Laucha no es un villano ni un mártir: es un hombre común, atrapado en sus propias ilusiones.


Preguntas para pensar esta etapa

  • ¿Cómo contribuye el uso del lenguaje popular a construir el mundo de la obra?

  • ¿De qué manera el humor matiza los momentos de tristeza o fracaso?

  • ¿Cuál es la función de la oralidad en la forma de contar la historia?

  • ¿Qué sensaciones deja el estilo final de la obra en relación con el destino de Laucha?


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